El sanjuanino, referente del BMX argentino, pasó por el streaming de Ojo Deportivo y repasó un año cargado de emociones. Entre anécdotas, sueños y recuerdos, el campeón latinoamericano dejó definiciones profundas sobre su presente y su futuro.

Después de una temporada intensa, con competencias en Argentina, Chile y Brasil, fechas de Copa del mundo y el mundial en Dinamarca. Gonzalo “Chalo” Molina se tomó un respiro para mirar hacia atrás y valorar lo conseguido. “Estoy muy contento de haber terminado así el año, siendo campeón latinoamericano después de competir en diferentes fechas. Fueron muchas emociones juntas volver a correr en Brasil, en la pista donde cumplí mi sueño de estar en unos Juegos Olímpicos”, contó en diálogo con *Ojo Deportivo*.

Aquel reencuentro con un lugar tan simbólico lo hizo revivir sensaciones que solo el deporte puede generar: “Es una pista muy grande y hubo miedo, dudas, pero fueron unos días muy lindos”.

El “Chalo” también habló sobre lo que se le pasa por la cabeza antes de cada carrera: “Se piensa mucho. Son 30 segundos, pero se te pasan miles de cosas por la cabeza: la competencia, las estrategias, el miedo a la caída. Todo eso se mezcla en un instante”.

Con una madurez deportiva marcada, Molina confesó que volvió a ilusionarse con un nuevo ciclo olímpico: “Antes de llegar a París 2024 ya tenía en la cabeza que iba a ser mi último Juego Olímpico. No sé hasta cuándo voy a correr, pero volví y me propuse disfrutar de cada carrera. Y carrera a carrera nos volvemos a ilusionar... Voy a encarar un nuevo ciclo olímpico. En una de esas, se me da de estar presente en un nuevo Juego”.

Una vida sobre ruedas

“La bici es una extensión de mi cuerpo. Desde que tengo memoria, vivo arriba de una bici. La bicicleta me ha dado todo: mi familia, mi pareja, mi hija… directa o indirectamente todo tiene que ver con la bici”, expresó emocionado.

Justamente su historia con Vicky, su actual esposa, está atravesada por el deporte. Durante los Juegos Olímpicos de París, protagonizó un momento inolvidable: “Le propuse casamiento frente a la Torre Eiffel. Lo tenía planeado antes de viajar, busqué un anillo y se dio el momento justo cuando paseábamos de noche. Nadie sabía del pedido. En el momento que me arrodillé, ella no me respondía, solo se reía. Sentí más nervios que en una competencia”, recordó entre risas.

Pero su historia de amor también tiene capítulos curiosos. Vicky recordó una anécdota de sus primeros viajes juntos: “Durante la pandemia, solo se podía hacer turismo interno y fuimos a Barreal por una ruta poco habitual. Nos paró un control de Gendarmería, pensaron que veníamos de Mendoza y nos querían hacer cuarentena. Al final nos tuvimos que quedar ahí y después pudimos seguir viaje. Hoy nos reímos, pero en ese momento no sabíamos qué hacer”.

Entre hermanos y compañeros

El vínculo con su hermano Franco “Chanchy” Molina también salió en la charla, con una anécdota imperdible: “Cuando era chico y Chalo competía, yo hinchaba por su rival dentro de la pista”, recordó entre carcajadas. Ese rival era nada menos que *Hernán Santillán*, amigo de toda la vida y campeón del mundo. “Ahora me doy cuenta de que siempre lo admiré, aunque no lo dijera”, agregó el menor de los Molina.

Y para completar, *Exequiel Torres*, su compañero en la Selección Argentina, reveló otro costado del sanjuanino: “Cuando viajamos a Estados Unidos, a Chalo le gusta ir de compras”. Entre risas, el propio Molina admitió: “Sí, me gusta aprovechar cuando el dólar está más estable. Incluso más de una vez fui a comprar algo en el horario límite antes de ir al aeropuerto”.

El futuro

Con una sonrisa sincera y el mismo espíritu competitivo de siempre, Gonzalo “Chalo” Molina cierra el año con la mente en el futuro: nuevos objetivos, un nuevo ciclo olímpico en marcha y la misma pasión intacta.

El sanjuanino que creció entre pedales sigue volando alto —y soñando despierto— con la bandera argentina en el pecho.