Con gol de Tomás Fernández, el Verdinegro ganó 1-0 en Concepción y quedó a un paso de salir de la zona de descenso. El equipo de Romagnoli aprovechó todos los resultados y recuperó la ilusión de la permanencia.

San Martín sabía que era el día. Que todos los resultados lo habían acompañado y que dependía de sí mismo para salir del fondo. Y no falló. En una tarde cargada de nervios, el Verdinegro venció 1-0 a Independiente en Concepción con gol de Tomás Fernández y consiguió un triunfo que vale oro en la lucha por mantener la categoría. El equipo de Leandro Romagnoli mostró carácter, se aferró a la fe y dio un paso gigante hacia la permanencia.

El primer tiempo fue una prueba de fuego. Los sanjuaninos se mostraron imprecisos y atados por la presión, mientras el Rojo complicaba con las subidas de Abaldo. Pero cuando más lo necesitaba, apareció Borgogno para sostener la esperanza: el arquero contuvo un penal clave a Galdames que mantuvo con vida al Verdinegro. A partir de allí, San Martín comenzó a creer y a construir su destino.

El complemento fue otra historia. Con cambios ofensivos y más determinación, el Pipi Romagnoli apostó por el ingreso de Barrera y Cavallaro, y la jugada le salió perfecta. A los 18’, Cavallaro asistió a Fernández, que definió con suspenso para el 1-0 que desató el desahogo en todo Concepción. El final fue puro sufrimiento: VAR mediante, el gol de Godoy para Independiente fue anulado y San Martín resistió hasta el pitazo final. Quedan tres finales —Godoy Cruz, Lanús y Aldosivi—, pero esta vez con una certeza: hay vida, hay esperanza y hay equipo para soñar con seguir en Primera.