La Selección Mayor Masculina cerró un torneo inolvidable en Nicaragua, donde se quedó con la medalla plateada tras caer en la final frente a Brasil por 55 a 47.
Más allá del resultado, el equipo dirigido por Pablo Prigioni mostró carácter, crecimiento y el nacimiento de una camada que promete.
La definición ante Brasil se jugó al límite, con dos estilos bien marcados. Argentina buscó condicionar cada posesión rival y se hizo fuerte en el rebote ofensivo (17 en total), mientras que el conjunto verdeamarelo capitalizó su velocidad y puntería exterior para marcar diferencias.
Tras un arranque equilibrado, los brasileños encontraron un parcial de 8-0 en el tercer cuarto que abrió la brecha más amplia del partido (39-28). La albiceleste respondió con circulación de balón y triples oportunos para achicar la diferencia, pero en el último período Brasil volvió a golpear y aseguró el título.
En el plano individual, Francisco Caffaro fue el máximo anotador argentino con 11 puntos, seguido por José Vildoza con 8. A su vez, Juan Francisco Fernández (una de las grandes apariciones del torneo) fue elegido dentro del quinteto ideal de la AmeriCup, confirmando su impacto en ambos costados de la cancha.
Un balance que ilusiona
Con este subcampeonato, Argentina alcanzó su 14ª medalla consecutiva en el certamen continental, una racha que se mantiene desde 1993 y que refleja la vigencia del básquet nacional en la élite.
Pero más allá de la estadística, el saldo positivo radica en el recambio generacional: nueve debutantes tuvieron su estreno en un torneo oficial con la Mayor, ganando experiencia de cara al futuro inmediato.
La palabra de los protagonistas
Tras el partido, el entrenador Pablo Prigioni valoró lo conseguido: “El objetivo era sumar a jugadores jóvenes y prepararlos para las próximas ventanas. En algún punto, ellos mismos cambiaron el objetivo y quisieron ganar la AmeriCup. Lo dijeron desde sus acciones, con la manera en la que fueron creciendo con su juego. Con estos chicos no se puede poner ningún techo, rompieron todas las expectativas y estuvieron muy cerquita de llevarse el oro”.
Por su parte, el capitán José Vildoza también hizo un balance positivo: “Competimos contra todos y nos ganamos el derecho de estar en la final. Fue un partido sucio, trabado, y no le encontramos la vuelta adelante. Hoy fue una mala noche, pero dejamos a Brasil en 55 puntos y eso también habla del esfuerzo del equipo. Estoy orgulloso de ser parte de este grupo”.
Una medalla con sabor a futuro
El plantel albiceleste se va de Nicaragua con la frente en alto, habiendo competido contra las potencias del continente y mostrando una base sólida para lo que viene.
Este subcampeonato no solo suma otra medalla al palmarés, sino que también abre la puerta a un futuro lleno de ilusión para el básquet argentino.
Info: CAB